domingo, 8 de noviembre de 2009

♣ LA CAIDA DEL MURO DE BERLIN Y LA RESTAURACIÓN DEL CAPITALISMO

Así es el devenir social, la historia nos demuestra que los sistemas económico sociales se instauran en duros procesos de lucha de restauración y contrarrestauración. Así se instauró el feudalismo contra el esclavismo, así el capitalismo contra el feudalismo y no puede ser diferente de una Sociedad Superior contra el capitalismo.

Esto lo saben los liberales capitalistas, por ello el terror de perder sus privilegios y opulencia en contra de la carencia de la inmensa mayoría les obliga a desarrollar psicosociales y todo un sistema de calumnias contra todo lo que signifique cambio de sistema social. En esta perspectiva se inscriben los diversos eventos de celebración de la "Caída del Muro de Berlín" y la "mesa redonda" que acaba de hacer el Comercio, que más parece una mesa cuadrada.

RUSIA ACTUAL CAPITALISTA LIBERAL Por eso es bueno saber lo que están pensando actualmente, por ello la presente nota: Los cambios políticos, sociales y económicos que generaron este acontecimiento fueron analizados en mesa redonda organizada por El Comercio ¿Por qué fue tan importante en la historia universal? Después de la Segunda Guerra Mundial, es la fecha más significativa de cambio de una era histórica en el siglo XX. “El 9 de noviembre marcó un cambio fundamental en un mundo que ya se estaba globalizando, en cuestiones de ideología, en cómo tratar el tema de las armas nucleares, las alianzas militares, económicas, políticas”, expresó el embajador de EE.UU., Michael McKinley, al enfatizar la relevancia universal de este hecho al inicio de la mesa redonda. Mijaíl Troyansky, embajador de Rusia, estuvo de acuerdo con su par estadounidense, su ex rival de la Guerra Fría: “Marcó la caída de las dictaduras, del sistema unipartidario, de la falta de la libertad… Como dijo nuestro presidente Putin: el pueblo alemán era rehén de la lucha entre dos superpotencias, de la Guerra Fría entre dos mundos opuestos. Gracias a Dios ese tiempo ya pasó”. Fue un suceso tan vital que aún seguimos viviendo las transformaciones positivas —y en algunos casos, negativas— del derribamiento de la Cortina de Hierro. OTRO ORDEN MUNDIAL Fabián Novak, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), destacó su principal consecuencia en la historia universal: “Provocó la caída del comunismo, con su recorte de libertades ciudadanas y la transgresión de derechos fundamentales”. También ocasionó el surgimiento de un nuevo orden internacional con EE.UU. “como único líder político y militar”; y motivó no solo la reunificación alemana —y su posterior evolución como la principal potencia del Viejo Continente— sino la misma unificación de Europa. El internacionalista Farid Ka-hhat, catedrático de la PUCP, señaló que fue una lección de humildad para quienes creían haber descubierto el devenir de la historia (los marxistas y los liberales “que tampoco lo hicieron ahora con la crisis económica”). “La caída del muro fue una gran anomalía, nadie podría prever que sucediera y que causaría en menos de año y medio la desaparición del pacto de Varsovia y la propia URSS”. Y hasta desapareció el comunismo en países que no eran parte del eje de Moscú: Yugoslavia, Albania, Rumanía: “Hubo un efecto de contagio”. ¿Cuáles fueron las causas decisivas que la originaron? “No fue una casualidad. Fue parte de un proceso”, enuncia el embajador de Polonia, Przemyslaw Marzec. Antes hubo intentos de oponerse a la dictadura hegemónica soviética, como en 1958 en Hungría, en 1968 en Checoslovaquia, “pero la única sublevación pacífica que sí se pudo dar fue en Polonia En 1979 recordamos que Juan Pablo II dijo en la plaza de Varsovia: “No teman” Se dieron las famosas huelgas de Lech Walesa. La caída era inevitable, el sistema no podía soportarlo. Así, 1989 fue el año de los pueblos, recuerden que antes del 9 de noviembre, nosotros el 4 de junio ya teníamos elecciones semidemocráticas”. El nuncio apostólico Bruno Musaró enfatizó la importancia del pontificado de Juan Pablo II, desde su elección en 1978, en la caída del bloque del este. Sus discursos y sus viajes en 1979 y 1983 a Polonia fueron determinantes “en el nacimiento de Solidaridad, un sindicato de trabajadores inspirados en una ética, en la religión católica Juan Pablo II sabía que el comunismo se desmoronaría, pero no esperaba que fuera tan rápido”. EL PAPEL DE GORBACHOV El embajador de Alemania, Christoph Müller, también remarcó que “no fue un hecho aislado, sino parte de una aventura más grande: la culminación del proceso de Solidaridad en Polonia y de la perestroika y el glasnot de Gorbachov”. Esta aventura fue parte de un drama mundial que se vivió al final con alegría, según Müller. El embajador de EE.UU. subraya a Mijaíl Gorbachov: “Sin un cambio de liderazgo en la URSS, era impensable un cambio así”. El nuncio Bruno Musaró rememoró entonces que el 1 de diciembre de 1989 se dio el encuentro entre Gorbachov y el Papa en el Vaticano. ¿Qué consecuencias vivimos y hacia dónde va el mundo ahora? El estadounidense Michael McKinley recordó que el cambio fue en todo el orbe: “También en América Latina. Por ejemplo, se produjo el retiro de tropas cubanas de África y en Asia sucedió el cambio [liberal] en sus economías Los cambios económicos en los años 80 ayudaron a cambios políticos y ya no existe debate entre sistemas, sino por el balance entre el Estado y el sector privado en cómo se beneficia al mayor número de la población, con énfasis en la democracia”. Para el alemán Christoph Müller, la caída del muro demostró que “un país no se puede gobernar contra la voluntad de los pueblos, que los derechos humanos son parte de la condición humana, que la libertad no se puede oprimir a largo plazo, aunque por sí sola no garantiza estabilidad, sino requiere responsabilidad, instituciones. Y además mostró el fracaso del modelo económico del socialismo estatal para asumir una economía social de mercado que produce mejores resultados”. EFECTOS NEGATIVOS El polaco Przemyslaw Marzec reflexionó: “Cuando terminó la Guerra Fría, el mundo se hizo mucho mejor, pero aparecieron nuevos desafíos: quedó más unipolar y aparecieron fenómenos como estados fallidos y, sobre todo, el conflicto de los Balcanes: ¿Quién podría pensar que podríamos tener una guerra de las dimensiones graves en el corazón de Europa?”. El ruso Mijaíl Troyansky muestra también una visión crítica, pues la caída del muro tuvo impactos penosos: “Se produjo el desmoronamiento de mi país, la pérdida de independencia en política exterior y la ruina de la política interior. Vino el capitalismo y pensaban que era el horno de la abundancia, que todo iba a caer desde el cielo. Pero llegó la desesperanza, bajo una dirección inepta y anárquica por una década. Mi país sufrió una reducción del 17% de territorio, y tenemos un enorme arsenal nuclear, el 95% junto con EE.UU., lo que es un asunto difícil. Pero las correcciones comenzaron con una nueva dirección, Putin y Medvedev. El país necesitaba a los jóvenes y enérgicos. Y si antes estábamos arrodillados, nos levantamos”. PELIGRO DEL NACIONALISMO El analista Farid Kahhat no ve la conveniencia de volver a un mundo multipolar, como se vivió en la primera mitad del siglo XX, la época de las colonizaciones y la Primera y Segunda Guerra Mundial. “La alternativa no es la multipolaridad, sino el multilateralismo, que el derecho internacional restrinja el accionar de los estados, y no prevalezca el más fuerte sino quien tenga la razón”. La otra vía es la peligrosa que propone el nacionalismo étnico y cultural, otro fenómeno desagradable tras la caída del muro. Para el analista Fabián Novak, luego de que EE.UU. se convirtió en el único líder mundial político-militar, “la gran pregunta es: ¿cómo ejerce ese poder: con respeto al derecho internacional o con unilateralismo?”. Novak recuerda la política de defensa preventiva de George W. Bush, que no era admitida por el derecho internacional. También sostiene que las políticas internacionales de dicho país se ubicaron sobre un péndulo con Bush padre, Bill Clinton y Bush hijo. “Pero ahora Obama da esperanzas”. Sobre Alemania: “La reunificación fue un proceso complicado y costoso, era un país de 60 millones de personas que recibe a 17 millones. Aún están presentes los problemas del empleo y la equidad entre este y oeste. Pero Alemania se ha levantado de las peores calamidades”. Ni África se libró de las consecuencias: “Hasta 1989, gracias a las dos potencias, se mantenía un cierto orden y estabilidad, aunque de gobiernos de partido único. Luego de la caída de la URSS, EE.UU. pierde interés, y se desatan crisis en Ruanda, Sudán, Congo, Costa de Marfil”. Y en el ámbito de los organismos internacionales se da “un mayor protagonismo de la ONU, tiene más intervenciones, en más de 25 países con operaciones de paz”. Novak estima que el mundo podría volverse hasta tripolar: “Está China, se calcula que en dos años será la segunda economía del mundo, desplazando a Japón. Y se habla de India y hasta de “Chindia”. Asia va a reemplazar a Europa como punto de gravedad del poder. Y se consolidarán los poderes regionales: Brasil, Alemania, Sudáfrica”. Un diálogo sustancioso de ideas La mesa redonda sobre el aniversario 20 de la caída del Muro de Berlín se llevó a cabo el martes 3 de noviembre en las instalaciones del diario El Comercio. Participaron los embajadores de Estados Unidos, Michael McKinley; de Rusia, Mijaíl Troyansky; de Polonia, Przemyslaw Marzec; de Alemania, Christoph Müller; el nuncio apostólico del Perú, Bruno Musaró; así como los analistas internacionales Fabián Novak y Farid Kahhat. La mesa fue moderada por el director de este Diario, Francisco Miró Quesada Rada; el editor central de Política, Juan Paredes Castro; y el editor de la sección Mundo, Carlos Novoa. Participaron también los periodistas de la sección Mundo: Miguel Ángel Cárdenas, Jorge Moreno y Roger Zuzunaga.

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