domingo, 28 de junio de 2009

EL MITO DEL COLAPSO DEL CAPITALISMO

PARA EL DEBATE: El mito del colapso del capitalismo Marx relacionó estas crisis sistemáticas del capitalismo a la disparidad existente entre el capital constante y el capital variable. por José Rafael López Padrino Lunes 22 de junio de 2009, Al margen del discurso demagógico y falso («el capitalismo está herido de muerte»), el régimen burgués del tte. coronel apuesta a la recuperación de la economía capitalista, como tabla de salvación para su proyecto perverso: el «socialfascismo del Siglo XXI» La crisis global que sufre la economía capitalista ha sido desencadenada, entre otros factores, por una disminución de la tasa de ganancia, una sobreproducción de mercancías, así como por una sobre acumulación de capitales en los mercados financieros. Crisis que comenzó por el mercado inmobiliario de alto riesgo en los Estados Unidos -Fannie Mae y Freddie Mac- y que rápidamente se transformó en una crisis profunda, que ha llevado a la ruina a importantes bancos y empresas (Lehman Brothers, Merill Lynch, GM, Chrysler, American International Group, etc.), generando un inmenso ejército de desempleados. Esta crisis, ha alcanzado de manera más o menos extensa, desigual y prolongada a la economía real de los EE.UU. y de todos los países del mundo sin excepción. Nada más falaz que las afirmaciones del inquilino de Miraflores, cuando señaló que la economía venezolana estaba blindada ante la crisis. Ningún país quedará al margen de sus consecuencias y muchos menos países como los nuestros con economías «subdesarrolladas». La crisis que sufre la economía capitalista a escala mundial, no tiene ningún rasgo apocalíptico o terminal, como lo ha afirmado frenéticamente el tte. coronel y muchos de los abyectos plumíferos de su proyecto cuartelario. Esta crisis, al igual que las anteriores, obedece a la estructura intrínseca del modo de producción capitalista, y la misma será seguida por una recuperación y fortalecimiento del capitalismo, como ha sucedido en el pasado. Marx, afirmaba que las crisis cíclicas del capitalismo eran tan «normales» en la evolución capitalista como el auge o la recuperación, y que ellas jugaban el papel de restaurar los equilibrios perdidos a costa de una destrucción de las fuerzas productivas; que estos ciclos estaban estructurados por periodos de «animación media», de «producción a toda marcha», de «crisis» y de «estancamiento o depresión». Así, la crisis actual no es producto de la acción depredadora de unos cuantos banqueros y financieros corruptos, o la distorsión del mercado, como suelen señalar algunos apologistas del capitalismo. No es igualmente una distorsión del capitalismo contemporáneo, sino, al contrario, es un medio propio del sistema destinado a la búsqueda de una máxima eficiencia, beneficio y consolidación del capitalismo como proyecto dominante. Además, Marx relacionó estas crisis sistemáticas del capitalismo a la disparidad existente entre el capital constante (instrumentos de trabajo) y el capital variable (fuerza de trabajo vendida por el trabajador). Marx, consideraba que la duración del capital fijo o el ciclo del capital fijo, era el «factor fundamental» para las «crisis periódicas». Así, durante la fase de crisis y de estancamiento, la reducción en la tasa de ganancia obliga a las empresas a reducir su producción o incluso a cerrar sus puertas, con el subsiguiente aumento del desempleo (más pobreza). Esto lleva a la eliminación de los capitales variables (fuerza de trabajo) del mercado, a una reducción de los costos de producción, así como una centralización de los capitales en pocas manos. Estas crisis sistemáticas proveen una catarsis para la economía capitalista, permitiendo que el sistema purgue los lastres, tales como las empresas obsoletas e ineficientes, así como una disminución de los costos de producción a expensas de una mayor explotación de los asalariados (abaratamiento de la mano de obra). Sin embargo, esta fase de crisis, y de estancamiento es seguida por una nueva fase de recuperación («animación media») o prosperidad («producción a toda marcha»), como consecuencia de un capital altamente centralizado y la existencia de una fuerza de trabajo debilitada (bajos salarios, flexibilización laboral, aumento del desempleo -ejército de reserva-). Durante la fase de recuperación hay aumentos en la producción y por ende nuevas acumulaciones de riquezas, las cuales toman lugar a través de diferentes formas: la concentración de capital en capitales ya existentes, la formación de nuevos capitales y la subdivisión de capitales antiguos para tomar ventajas de las condiciones favorables en el nuevo mercado. Esta crisis, al margen de su duración, en vez de conducir al capitalismo a su sepultura definitiva, paradójicamente, facilitará una nueva etapa de crecimiento económico y de expansión del mismo basado en un reordenamiento de los capitales y en una mayor explotación de los trabajadores. Al margen del discurso demagógico y falso («el capitalismo está herido de muerte»), el régimen burgués del tte. coronel apuesta a la recuperación de la economía capitalista, como tabla de salvación para su proyecto perverso: el «socialfascismo del Siglo XXI».

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