lunes, 15 de junio de 2009

EL APRA NO ES GOBIERNO DEMOCRÁTICO

García se puede ir antes de tiempo (1) El deterioro del régimen es grave y puede interrumpirse, opina Eduardo Toche. (2) El autoritarismo puede apurar su salida. Eduardo Toche, sociólogo e investigador de Desco, analiza las consecuencias políticas de la reacción del gobierno frente a la protesta de las comunidades indígenas de la Amazonía contra los decretos leyes que amenazan sus tierras. Luego de la represión policial que desencadenó la violencia en Bagua, el gobierno endureció su discurso confrontacional. Toche asegura que el país se enfrenta a un endurecimiento autoritario del gobierno y no descarta que la polarización pueda llevar a la caída de un régimen al que califica en proceso de descomposición. -Luego de la matanza de Bagua, el presidente García ha satanizado a los indígenas y ha dicho que el mayor error del gobierno frente a la protesta de los pueblos amazónicos fue haber dialogado demasiado, y anuncia que a partir de ahora habrá menos diálogo y mayor dureza represiva. ¿Estamos en un proceso de deterioro democrático? -Esa declaración del presidente García refleja la propensión autoritaria del gobierno. El autoritarismo no es novedad en este gobierno, pero ahora ha apostado totalmente por esa opción. Todos los indicadores democráticos, como participación ciudadana, transparencia de la gestión pública, libertad de expresión, se han deteriorado con este gobierno. Con la protesta de los pueblos nativos se han revelado los límites del modelo económico y del sistema político, que ya no dan más. Como respuesta a eso, estamos ante un Estado cada vez más cerrado… -¿Eso significa que estamos ante un modelo de gobernabilidad basado en el autoritarismo? -Así es. El gobierno ha revelado el tipo de gobernabilidad que va a aplicar hacia adelante: dar garantías a los intereses económicos de las inversiones y declarar como subversiva a toda protesta. El gobierno ha demostrado una gran incapacidad para procesar democráticamente las demandas sociales, y eso ha llevado a una situación de no retorno en la cual el autoritarismo se va a reforzar aún más. El gobierno va a tener serios problemas para gobernar y eso lo va a llevar a recurrir al autoritarismo con mayor nitidez. -¿Está en riesgo el sistema democrático? -Yo tengo serias dudas que en este momento el sistema democrático esté funcionando... -¿Este no es un gobierno democrático? -Lo que vivimos ahora es muy parecido a lo de Fujimori. El gobierno cumple con ciertas formalidades democráticas, pero en términos reales este gobierno no es democrático, no tiene una voluntad democrática. -¿Está en riesgo la continuidad del gobierno? -La polarización está resquebrajando al gobierno, que no tiene un sostén de legitimidad como para salir bien parado de una situación así. Creo que el gobierno no se da cuenta de la magnitud de la crisis. Esta polarización puede llevar a un desgaste tan grande del gobierno, que lo termine deslegitimando al punto que no culmine su mandato. Si el gobierno no mueve rápidamente sus fichas, ese riesgo existe... -¿Cómo debe mover sus fichas? -Lo primero es cambiar al gabinete. Eso ayudaría a bajar la enorme presión que ahora existe. El problema que tiene García es que en este momento difícilmente va a poder encontrar a una personalidad independiente con cierto prestigio y legitimidad social que quiera formar parte de un gobierno con las características que tiene este gobierno. Y si el gabinete se apristiza, las cosas van a ser peor. -¿El gobierno ha entrado en una etapa de descomposición? -Sí. Al gobierno se le acabaron las ideas y la maniobrabilidad. Y ya no tiene capacidad para convocar personalidades independientes para su gabinete. La clave de la supervivencia del gobierno es que no tiene al frente a una oposición política estructurada. -¿El gobierno percibe la gravedad de la crisis? -Creo que no. La soberbia ha enceguecido al gobierno. Esa soberbia es parte de la falta de respeto que el gobierno tiene frente a la población y la dirigencia social. -¿La protesta indígena y la forma como se ha dado es consecuencia de esa soberbia del gobierno y del cierre de los espacios democráticos? -Así es. Frente a canales democráticos obturados, la organización social busca que su demanda sea escuchada a través de canales no institucionalizados. No existe un mecanismo de participación que permita canalizar las demandas sociales. -Según el gobierno, la estabilidad democrática está amenazada por la protesta de las comunidades indígenas de la Amazonía. -No estoy de acuerdo con eso. La protesta indígena no plantea deslegitimar el Estado, no exige la vacancia presidencial, como en algún momento sí se exigió la vacancia de Toledo. Lo que plantea Aidesep es más estado de derecho, más democracia, que el gobierno respete la ley, que cumpla los convenios internacionales firmados por el país, como el Convenio 169 de la OIT y la Carta de Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, que están reconocidos por la Constitución. La de los pueblos indígenas es una lucha por derechos que están reconocidos, pero cuyo ejercicio es impedido. No sé dónde está lo desestabilizador en una demanda que exige que se cumplan las leyes y que haya más democracia. -¿Qué opina de la tesis del gobierno de que detrás de esta protesta estarían Hugo Chávez, Evo Morales, e incluso al “comunismo internacional”, según dijo Alan García? -Ese es un argumento absurdo. Cuando escucho al presidente García diciendo eso, es inevitable recordar al presidente Belaunde en los inicios de los años 80 buscando soviéticos y cubanos detrás de Sendero Luminoso. Ciertamente nunca los encontró, porque no existían. Estas afirmaciones de García evidencian el completo desconocimiento que tiene del territorio amazónico, que es el 62 por ciento del país. -¿Con un discurso que sataniza a los indígenas y sus demandas, el presidente García está azuzando la confrontación? -Me parece que sí. Un problema de Alan García es que se rodea de ayayeros y no de asesores. Con su intervención en el conflicto con los pueblos amazónicos el presidente García radicalizó las cosas. El suyo es un discurso excluyente. Al decir que los indígenas no son ciudadanos de primera clase, García les está diciendo que no son peruanos y que su modelo no los incluye. Esto está en plena sintonía con sus artículos sobre el perro del hortelano, en los que daba una muestra muy clara que para él la Amazonía significa simplemente más recursos, y que ahí no hay población que respetar, ni derechos que reconocer. Con esta protesta le han dicho que en la Amazonía sí hay gente, y derechos que se tienen reconocer y cumplir. “Con Simon no puede haber diálogo” -¿Cómo ve la actuación de Yehude Simon durante esta crisis? -Su actuación ha sido pésima. Me parece inexplicable que siga en el cargo. Creo que Simon ya está quemado. -¿Y la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, también debería irse?
-Sin duda. Ella es la gran responsable de lo ocurrido. Es inaceptable que ahora diga que no tenía informes de lo que pasaba en la zona, que sus informes de inteligencia no decían nada. ¡Cómo toma decisiones esa señora si no tiene información! Si no tenía información, estaba mandando al matadero a los policías. -Cabanillas dice que la decisión de intervenir la tomó la policía, no ella. -Esa afirmación la enfrenta a la policía. Ahora todos se echan la pelota de la responsabilidad. Si ella dice que no tuvo nada que ver en esto, entonces hay que decirle que se vaya a su casa, porque ella debía tener mucho que ver en esto. -¿El resultado del operativo policial en Bagua revela un alto grado de incompetencia? -Ha habido una incompetencia total, que ha generado la pérdida de muchas vidas. El gobierno desplazó a la policía a Bagua sin ningún tipo de información, ni preparación. El gobierno puede argumentar lo que quiera y poner todos los pretextos que quiera, pero a lo que no puede responder es a lo pésimamente diseñada que estuvo la intervención policial y que dio como resultado la cantidad de muertes que ha habido. Eso es responsabilidad exclusiva del gobierno. -¿Cree que es posible que se retome el diálogo entre el gobierno y los indígenas si se mantiene a Yehude Simon como el principal interlocutor del gobierno? -Antes que crear una mesa de diálogo, lo que se tiene que hacer ahora es crear un ámbito de confianza. Para eso el gobierno tiene que buscar a terceros; para esa tarea la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo son buenas alternativas. Para que haya diálogo tiene que haber un relevo de interlocutores, tanto por el lado de las organizaciones indígenas como por el lado del gobierno. Creo que Aidesep no va a tener problemas en cambiar a sus interlocutores, el inconveniente está en el lado del gobierno. No es posible restablecer un diálogo con Simon como el interlocutor del gobierno. Carlos Noriega Entrevista
La Primera

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