viernes, 10 de abril de 2009

TODA LA EDUCACIÓN IMPREGNADA DE ACCIÓN Y MORAL TRANSFORMADORA

Por Carlos Villacorta V. Forjando la educación transformadora
Z.- Necesidad de una transformación radical y profunda.
TRANSFORMAR Y TRANSFORMARNOS AHORA Y NO ESPERAR HASTA MAÑANA. La presente alternativa no amerita mayor explicación. Es un imperativo moral-ético de cada maestro desarrollarlo. Toda la educación, el aprendizaje, la enseñanza y todas las actividades y conductas, deben estar impregnadas de moral transformadora. Quiero reiterar y recordar algo sumamente importante y fundamental: Nosotros los seres humanos para ser tal, no sólo debemos trabajar, comer y defecar, sino ante todo debemos producir y transformar. El transformar es nuestra condición esencial de ser humano, y para realizarlo debemos relacionarnos con nuestros pares, organizarnos, conquistar nuestros derechos, defendernos, protegernos, buscar y lograr un mundo mejor, una Sociedad Superior, para nuestros hijos y nuestro pueblo. Ello es la máxima expresión de la producción social, la experimentación científica y la lucha de clases. Al no hacerlo nos autoaniquilamos como seres humanos, nuestra vida cae en una simpleza y realmente sólo es apariencia de vida lo que mostramos. La transformación es el acto común entre tú y yo, entre él y nosotros, entre nosotros y el mundo. En efecto, el ser humano para que sea tal, debe vivir, trabajar y relacionarse con otros que piensan igual que él, para transformar la sociedad, a diferencia del animal que vive y satisface sus necesidades solo y en forma gregaria instintiva, no para transformar sino perpetuar su especie. El ser humano para que sea tal y se diferencie de los animales, crea sociedad y fundamentalmente es producto de esa sociedad que crea mediante su razón, juicios de valor, valores y virtudes. En ese sentido, si vive aislado, indiferente y no une su pensamiento a los demás, destruye su condición de ser humano. El aislamiento significa vivir sólo para mí. Sólo contemplar el mundo y, a veces, ni eso. Frente a ello, el maestro, es doblemente responsable, no sólo porque es ser humano, sino porque es un intelectual del cual depende la sociedad y el futuro de otros seres humanos. No podemos seguir viviendo dentro del mundo de la sola contemplación. Practicar la educación transformadora, es el inicio del impulso de una Sociedad Superior y, es una fundamental condición humana, seas maestro o no. ¡Practícalo! Desde la A hasta la Z, en una continua y permanente espiral, de la A hasta la Z, luego nuevamente la A hasta la Z hasta conseguir nuevos juicios y valores, nuevos conceptos liberadores, todo en función del cambio social estructural y una nueva sociedad más justa: De desarrollo humano libre, armonioso y comunitario. Que es una sociedad totalmente superior al capitalismo. Se que en el fondo de nuestros corazones y nuestras conciencias, crece lentamente el espíritu del futuro transformador, que en poderosa organización hará estallar las injusticias y hará florecer la vida justa que anhelamos. Las victorias son siempre producto de las grandes actitudes. Por ello transformar y transformarnos ahora es fundamental. Contribuyamos en la forja de una Sociedad Superior. ¡Ahora! ¡No mañana! No olvides: La indiferencia es una de las peores traiciones.

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