jueves, 30 de abril de 2009

PRIMERO DE MAYO, DÍA DE LOS TRABAJADORES, ORIGEN Y CAUSAS.

Por Carlos Villacorta V. Forjando la Sociedad Superior. Pagar poco a los trabajadores y vender caro la producción, desarrolla la industria capitalista y hace crecer también mucho la masa trabajadora de hombres y mujeres pobres y explotadas. Generando un sistema capitalista brutal, genocida, donde sólo se ve ganancia y no al trabajador, pese a ser el motor de la producción. Los trabajadores, ante la brutal explotación de más de 16 horas de trabajo y enano salario, lograron agruparse en sindicatos para defender sus derechos y lograr mejoras condiciones de trabajo y de salario. Pues así prometió la burguesía con la Revolución Francesa en 1789. En ese sentido, en noviembre de 1884 se celebró en Chicago el IV Congreso de la American Federation of Labor (Poderosa organización sindical de EEUU). En dicho Congreso, se analiza que el trabajador debe tener 8 horas de trabajo, 8 horas de estar con su familia y el resto de tiempo a mejorar su condición humana con otras dedicaciones sean laborales o de capacitación. Entonces se acordó proponer que a partir del 1º de mayo de 1886 se obligara al sector capitalista (patronal le dicen algunos) estadounidense a respetar la jornada de ocho horas. En 1886, el Presidente de los Estados Unidos Andrew Johnson, promulga la famosa Ley Ingersoll, estableciendo las 8 horas de trabajo diarias. Gracias a la presión masiva de la clase trabajadora. Pero, las empresas y fábricas hacen caso omiso esta de Ley y la rechazan, amenazando con no cumplirla por lo que las organizaciones laborales y sindicales de USA acuerdan a luchar por su cumplimiento. Y, si no, se iría a la huelga, con mítines y concentraciones obreras. El 1º de mayo de 1886, fecha de inicio para el cumplimiento de la ley de 8 horas, los obreros unidos exclamaban: “A partir de hoy, sólo ocho horas diarias; ni una más”. Ante la negativa de los capitalistas, los obreros inician sus paralizaciones.
El éxito es rotundo, menos en Chicago, donde el diario Chicago Tribune, claramente a favor de los capitalistas, según detallan las crónicas, publicó: «El plomo es la mejor alimentación de los huelguistas», y pedía para éstos prisión y trabajos forzados como «la única solución posible a la cuestión social». En la fábrica McCormik, los trabajadores llevaban ya más de dos meses de agitaciones, con los patrones y rompehuelgas contratados para tales efectos.
El 1º de mayo de 1886, en esta fábrica, el choque fue violento. Intervino la policía para dispersar a más de 50.000 manifestantes, acometió con armas de fuego contra los obreros, lo que dejó como resultado numerosos heridos y varios muertos, la historia registra a 6 obreros muertos. El 4 de mayo se realizó un mitin en la Plaza Haymarket, donde los más destacados dirigentes sindicales harían uso de la palabra. En pleno acto, la policía recibió órdenes de dispersar a los asistentes. Una bomba estalló cerca de las fuerzas policiales, con un saldo de seis policías muertos, lo que provocó una reacción mayor de las fuerzas policiales que atacaron despiadadamente con un resultado de 38 muertos y 115 heridos. Tomados presos los principales dirigentes, el 9 de octubre de 1886, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos dictaminó que siete de los acusados fueran condenados a muerte en la horca: Albert Parson, August Spies, Samuel Fielden, Michael Schawab, Adolph Fisher, Louis Lingg y George Engel. Oscar Neebe, fue condenado a 15 años de prisión. Más adelante, a dos de los condenados a la horca, Fielden y Schawab, le conmutaron esta pena por prisión perpetua. El 11 de noviembre de 1887 fue la fecha de la ejecución de los mártires de Chicago.
Spies uno de los líderes obreros antes de ser ahorcado logró decir estas últimas palabras que son un legado que cobra vitalidad estas fechas: “Llegará la hora en que nuestro silencio será mucho más elocuente que las voces que ustedes estrangulan hoy. Este es el momento más feliz de mi vida.” El Congreso de París de la Segunda Internacional Socialista en julio de 1889 acordó celebrar el Día del Trabajador el 1º de mayo de cada año, con mítines obreros y manifestaciones reivindicativas en todo el mundo.
Desde su establecimiento en la mayoría de países por acuerdo de la mencionada Segunda Internacional, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, obreros que fueron ejecutados en EEUU, por su combativa participación en las jornadas de lucha por las ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto crítico, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket en Chicago. Al año siguiente, en 1890, 15 naciones reunidas en Berlín, analizaron la forma de la intervención del Estado en lo relacionado a las tareas laborales, generando la idea y la necesidad de crear un organismo internacional que informara y asesorara al mismo tiempo que velara por los Derechos y Deberes emanados del trabajo. Así nació la Oficina Internacional del Trabajo, que más adelante se transformó en OIT (Organización Internacional del Trabajo), con residencia en Ginebra, bajo el control de las Naciones Unidas. En 1954, la Iglesia católica, bajo el mandato de Pío XII, apoyó tácitamente esta jornada proletaria al declarar ese día como festividad de san José obrero Entonces: El Primero de Mayo debe ser en todo el mundo, un día de unidad de los trabajadores. Una oportunidad para replantear sus luchas analizando las nuevas condiciones. El Primero de Mayo es también una fecha para rendir homenaje a todos aquellos que entregaron su pasión y su vida por mejores condiciones de trabajo, vida y salario. Los trabajadores merecemos un destino mejor, un nivel de vida más alto, porque somos los ejes de la producción. Sin embargo sólo los trabajadores organizados en su Frente Único Internacional lo conseguirán. Por eso el Primero de Mayo reafirma todos los años la solidaridad internacional de los trabajadores, en perspectiva de una Sociedad Superior. No puede ser otro Primero de Mayo más. Alabanzas van y vienen. “Los mártires de Chicago”, en fin, un homenaje más a todos los hombres y mujeres que cumplen con una esencial norma de vida, “ganarse el sustento”. Unos hacen fiesta otros le agregan un día de reflexión de la situación de los trabajadores, otros hacen pomposos seminarios para hablar del asunto ¿Y después? ¡Qué! El sistema capitalista sigue esquilmando a los trabajadores y, de los miles que asistieron a los homenajes, poquísimos se dedican a denunciar las atrocidades del sistema y a organizar a los trabajadores y luchar por una Sociedad Superior.

6 comentarios:

  1. Los trabajadores merecemos un destino mejor, un nivel de vida más alto, porque somos los ejes de la producción. Sin embargo sólo los trabajadores organizados en su Frente Único Internacional lo conseguirán. Por eso el Primero de Mayo reafirma todos los años la solidaridad internacional de los trabajadores, en perspectiva de una Sociedad Superior.

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  2. buena la historia no la conosia
    besote la zorra

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  3. EN PRIMERA CREO QUE Y LA DE TODOS MUAAAAAAAAAAAAAAAAAAJJJJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJJJJJJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA SUS MAMAS BEACHES

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