miércoles, 1 de abril de 2009

IDEOLOGÍA PARA LA RENOVACIÓN

Por Carlos Villacorta V. Forjando la educación transformadora Ñ.- Pocas condiciones para las prácticas renovadoras. TRANSFORMAR LAS CONDICIONES Y ACTITUDES POCO FAVORABLES PARA LA RENOVACIÓN, EN ACTITUDES Y PRÁCTICAS RENOVADORAS Son innumerables las condiciones y actitudes desfavorables que registra la historia para el desarrollo integral de los seres humanos y en particular de los maestros. Lo que pasa es que generalmente no podemos manejarlas adecuadamente por falta de una ideología científica, nos resistimos a desarrollar en nosotros la ideología para la renovación. Estamos encadenados por la ideología liberal que asfixia nuestro pensamiento. La ideología científica y dialéctica es el oxígeno del pensamiento. Pero no nos damos cuenta. O sencillamente no queremos darnos cuenta. Si la cogemos y, si es en perspectiva y en función de una Sociedad Superior se vuelve transformadora. Damos en el blanco. La dialéctica nos brinda aptitudes creadoras y de resolución de problemas. Una ideología a favor del pueblo nos brinda actitudes y prácticas renovadoras. Cuanto más nos basamos en la realidad de nuestro pueblo mucho más sabemos. Obviar esta norma nos aleja de la renovación, incluso de una buena educación. Por otro lado, cumplir por cumplir, no es una buena práctica. Menos dejar las cosas a medio hacer, porque las convicciones y las buenas actitudes se fortalecen en la práctica integral. Nuestro espíritu renovador, debe empezar con volver a estudiar el sistema educativo con una actitud crítica y, a través de ella acerar la convicción y disposición permanente de experimentar para transformar. Lograrlo y aceptar nuevas ideas, sólo es posible también si derrotamos el egocentrismo, el individualismo y desarrollamos una conciencia comunitarista. Ahora bien, esas ideas las extraemos de la realidad y nuestros alumnos también forma parte de esa realidad, por tanto aprender de ellos es fundamental, porque nos permitirá educarlos mejor. Un buen maestro tiene que aprender a ser un buen alumno. Aquel maestro que se cree sólo maestro ya perdió. Hay en nuestros días una imperiosa necesidad de empuñar estos nuevos conceptos de enseñar y aprender. Hay que llenarnos de vida comunitaria. Todos educamos a todos decía Freire. Dos son las practicar renovadoras generales fundamentales que debemos ejecutar para contribuir con una educación transformadora: 1.- Liberar el pensamiento del subjetivismo y basarnos en la realidad. No limitarse sólo a los libros, sobretodo, basarnos en los hechos y autoeducarnos. 2.- Concebir y observar el mundo dialécticamente: Nos impregna de audacia para innovar y saber ver los nuevos avances científico-tecnológicos que desarrollan nuevas fuerzas productivas en la actualidad, para ponerlos al servicio de nuestro pueblo. La ejecución de ambas prácticas renovadoras debe ayudarnos a construir condiciones y actitudes favorables para transformar el mundo.

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