miércoles, 1 de abril de 2009

ÉTICA PROFESIONAL Y MORAL. INCUMPLIMIENTO PRÁCTICO

Por Carlos Villacorta V. Forjando la educación transformadora N.- Incumplimiento práctico de la ética profesional y moral. TRANSFORMAR LA SUBJETIVA ÉTICA-MORAL VIGENTE EN ETICA-MORAL CIENTÍFICA LIGADA A LA VIDA. La moral dominante en nuestra sociedad, es la moral burguesa (Empresario elegantemente; comerciante o mercader con más propiedad). Está determinada por la conciencia capitalista, cuyas características fundamentales y dominantes son la ambición desmedida, el individualismo y el egoísmo: Primero el capital después el ser humano. Es lo que los elegantes empresarios practican y nos imponen la misma (Por supuesto con honrosas excepciones). Sin embargo, sus libros declaman pomposamente que hay que practicar la solidaridad, el respeto, el amor, la responsabilidad, la inclusión, la tolerancia, la equidad y la democracia. ¿Cómo se llama eso? ¡Hipocresía! ¿No es cierto? Ahora bien, la ética es un problema de moral, de principios, de probidad profesional. Es conducta, hábitos, trato, relaciones, dignidad y hechos. Por ejemplo, poniendo los más simples: el que intriga, es decir habla mal a espaldas del otro, no es ético, sólo lo hace una persona ruin y detestable. De igual forma, la persona que murmura y gesticula en contra de alguien, no es ética. La buena moral es abierta, transparente y sobre todo ejemplificadora. Nuestra prédica moralista debe estar respaldada por los hechos. Es patético escuchar a un Presidente de la República, a un congresista, funcionario público o autoridades públicas dar consejos de moral, cuando arrastran actos indeseables como personas, funcionarios y como padres de familia. Pero más patético es mirar que el pueblo los vuelve a reelegir con sus votos. El “Museo de la Memoria” no sólo debe recordar crímenes de lesa humanidad productos de la guerra, sino también crímenes contra la ética y moral producto de las malas acciones de los funcionarios. ¿Alcanzaría en el museo? Empezando de Vargas Llosa, que técnicamente puede ser un buen escritor, pero, quizá muchos todavía recordarán su amoral papel en la Comisión de los crímenes de Uchuraccay, cuando dejó entrever la imprudencia de los periodistas, culpó a comuneros sabiendo que eran soldados del ejército disfrazados de comuneros, que asesinaron a los periodistas para que no descubrieran sus crímenes en esas comunidades. Están los peores, la ética capitalista: Los que estafan, corrompen y se corrompen, piden dinero por trámites ilegales o favoritismo, los que se apropian del trabajo ajeno y pagan bajos salarios, los que compran barato y venden caro, los que lucran produciendo y/o dirigiendo programas de TV con el dolor y mancillando la dignidad de las personas, los que se quedan callados frente a los horrores del capitalismo (Indiferentes). En ese sentido, la ética tiene que ver con las ideas, los sentimientos, las convicciones, la voluntad, las obligaciones y los derechos. Por tanto, si es correctamente practicada, en forma científica y ligada a la vida, es una enorme fuerza ideológica transformadora. La ética capitalista señala que, para que la sociedad cambie, “primero tiene que cambiar uno”. Esta afirmación sólo tiene el 1% de verdad, por tanto no es ético. La ética está determinada por la estructura del sistema económico-social que impera y, para que esa sociedad cambie, debe cambiar esa estructura. Sin embargo, el hombre también es una individualidad activa y, como esta ligado a esa sociedad por diversos intereses y mantiene relaciones diversas con los demás trabajadores, influye también en su transformación. Sociedad-individuo e individuo-sociedad es una interacción dialéctica. Pero, repito lo determinante es la sociedad. De ella el hombre va a extraer su esencia como persona, su ética y moral. ¿Cómo está la sociedad? La sociedad capitalista que vivimos, respira por todos sus poros: El egoísmo, la envidia, la hipocresía y la corrupción. Vamos a suponer que sea cierto que “uno primero tiene que cambiar” entonces ese uno primero es el capitalista, sus gobernantes y funcionarios. Lo que es pedir peras al olmo. Ellos creen que son los mejores, los exitosos del buen ejemplo. Jajajajajaja se escucha la risa de algunos. La ética capitalista o moral burguesa, sitúa en el plano subjetivo, abstracto y metafísico los cambios, los valores, la moral, la vida misma. Por ejemplo, los alumnos reciben miles de clases y conceptos sobre la solidaridad, el compañerismo, la responsabilidad, la veracidad, el amor, en contra del individualismo, el egoísmo, la hipocresía, etc. Sin embargo, cuando llegan a recibir su título, trabajan, se reproducen y mueren, y los valores individualistas, egoístas permanecen, porque las estructuras sociales y económicas que le sirven de base no han cambiado y, si ese ser humano logra cambiar en este sistema, es decir es bueno, educado, respetuoso, leal y honrado, mayormente se le considera “un tonto”, lejos de ser un hombre “digno”. En este sistema capitalista, con el tipo de ética que desenvuelve, los sentimientos del deber y la virtud de cumplirlas se pierde, (Leer “Ética Tradicional y Ética Futurista” de Alicia Salazar Pino) porque los que están llamados a cumplirlas en primer orden no lo hacen. Por ejemplo, si robas un dólar vas a la cárcel, si robas cien mil dólares, tienes tu casa como cárcel, pero si robas un millón de dólares te felicitan y te protegen y estás listo para ser congresista, alto funcionario y si tu robo es internacional, estás listo para ser presidente de la República. No cumplen ni la ley ni las normas, pero, eso sí, la imponen a los demás, sobre todo a los pobres. Acatar una norma es un acto de cumplimiento, pero imponerla contra la realidad y el equilibrio es un acto de injusticia. Lo justo es siempre ético, porque tiene que estar por encima de las imperfecciones de una norma. Su cumplimiento implica conocimiento, amplitud de criterio y sobre todo equilibrio con la realidad, no obediencia ciega. Por estas razones, es de vital importancia impulsar la práctica de una ética científica ligada a la vida, crítica contra el sistema actual para su transformación. Una “ética futurista” como señala Alicia Salazar Pino, porque es una nueva moral, una nueva forma de ver las cosas, una nueva actitud frente a los problemas. Es la voluntad de vivir en lucha contra las injusticias. No mirada impasible, no individualismo, ni egoísmo, ni hipocresía. Combatir a favor de la razón y reconocer cuando no se la tiene. El mayor bien de la ética es no hablar en su nombre sin merecerlo. Que falsos son aquellos que dicen que por ética lo hacen o dejan de hacer algo. Y, lo patético, hacen cosas indignas. Los maestros y toda persona de moral intachable, tienen la responsabilidad moral y ética de sembrar ejemplos de conducta de transformación e impulsar por cierto la forja de la educación transformadora. Todo es un proceso, sólo hay que iniciarlo, siempre pensando en la perspectiva de una Sociedad Superior.

1 comentario:

  1. ÉTICA, MORAL Y "MUSEO DE LA MEMORIA"
    El “Museo de la Memoria” no sólo debe recordar crímenes de lesa humanidad productos de la guerra, sino también crímenes contra la ética y moral producto de las malas acciones de los funcionarios.

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