viernes, 30 de enero de 2009

LENGUAJE VIVARACHO DE LA SELVA NO DEBE MORIR.

Por Carlos Villacorta V. Quien haya visitado la selva, no puede dejar de maravillarse al mirar y gozar de su lindura; no sólo de sus paisajes, sino de su gente alegre, sincera, solidaria y sobre todo trabajadora. El ambiente mítico de la Amazonía y de la Selva en general, principalmente del departamento de San Martín, forman una arquitectura especial del Perú, que actualmente quiere ser rematada por pedazos a los extranjeros o voraces comerciantes angurrientos y buchilones, lo que estaría significando más depredación de lo que ya está. Pero, los selváticos no somos bolsiflayes. ¡A pota dialon! “Pero la inversión privada trae riqueza” me dirás. Yo te pregunto ¿Riqueza para quién? Bueno sería para los pobladores. Ahí está Cerro de Pasco, en la completa miseria, cuya ciudad se está construyendo en otro lugar. Ahí está Cajamarca, contaminándose su suelo y sus sembríos. Ahí están los piuranos de Majaz, tarde reaccionaron y cuando reclamaron, fueron asesinados y torturados. Etcétera, etcétera y etcétera. Hay que cuidar nuestra selva, que está considerada como el “Pulmón de la humanidad”. Si bien es cierto que cada década va cambiando en su naturalidad, en su originalidad, por la llegada de migrantes, principalmente los cajachos, de la sierra de Cajamarca; gente trabajadora felizmente, sin embargo se respeta en sus costumbres, cultura, música. Pero, somos los mismos selváticos, muchas veces que, con la alienada modernidad lo desconocemos y, en las “Semanas turísticas” arrinconamos nuestras costumbres que, para disfrutarlos los propios pobladores de los barrios tenemos que organizarlos, fuera de agenda turística; cuando ello debe se lo central para el turista. La Semana turística es una buena propuesta, sin embargo le falta más mishquina, más selva. Un bombo baile por ejemplo en la Plaza de Armas. En ese sentido, el lenguaje pintoresco, atractivo, entre vulgar y burlón, va desapareciendo poco a poco. Así como algunos pueden considerarlo arcaico, pasado de moda. Otros lo tenemos que seguir rescatando, porque es nuestro atractivo. No de manera académica, lingüísticamente hablando, sino del habla común, permanente, cotidiano, que se va perdiendo, reiteramos, por la “modernización”. De esta manera utilizando nuestros propios saberes previos, conversando con nuestros antiguos, queremos hacer llegar a todos nuestros lectores, nacionales y extranjeros, este pequeño trabajo de recopilación, como un breve diccionario para que lo utilicen apropiadamente en su cotidianidad. Es como se decía con bastante naturalidad por ejemplo: “Este Ishaco está posheco”. Modernamente ahora decimos: “Isaías está pálido” El lenguaje vivaracho de la selva no debe desaparecer, porque, no debemos olvidar que La lengua suele ser el principal factor de comunicación y, en nuestro caso, es característica principal, por su fonología cantarina, de doble sentido como un “fego” (juego) de palabras, o sino hablando j por f o f por j. “Juelizmente” no mal entendida, porque se la escribe correctamente. Así es como los estaremos entregando de 10 en 10 palabras cotidianas que consideramos deben perennizarse, por su agradable frescura, vivarachura, lisura y picaresca. Algunas veces van a ser más palabras. dependerá del espacio. Ahí van las primeras 11: No olvidar que tiene su tonito cantarín.
ADIALÓN: !Qué va¡ Interjección de extrañeza. AISHTÁ: Interjección de incredulidad. ALAHUA: Interjección para expresar pena o lástima. ANGO: Duro. APIACHO: Muy suave. A POTA: Interjección que quiere decir la puta.
ARPACHO: Muy flaco. ASHIQUITO: Chiquito. ASNAHUAIRA: Mal olor al pasar una persona. ASNA OJETE: Trasero sucio. ASNA PICHO: Vagina sucia.

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