jueves, 30 de octubre de 2008

SUTEP, GESTIÓN SINDICAL Y PEDAGOGÍA

Por Carlos Villacorta V. Es difícil que los trabajadores sufridos, con años de experiencias, observando, viviendo y sintiendo cómo se manejan los derechos laborales y demás cosas relacionadas con un trabajador, digo, es difícil no ser agremiado o sindicalista: Salvo que estemos mirando por otro lado o ambicionemos la otra orilla, sin importar mis propios compañeros. En el caso del SUTEP; es difícil encarar una lucha, porque de por medio están los escolares que se ven involucrados indirectamente, al margen de nuestra voluntad. Algo tienen que crear los jóvenes sindicalistas para que ellos, los niños, no sean perjudicados.

En referencia misma del sindicalismo sutepista. El cuadro histórico económico y social y la experiencia sindical general, nos demuestran que, así como la educación y la condición del maestro no cambian sustancialmente si no cambian las estructuras económico-sociales que los determinan; así también la educación transformadora no puede estar al margen del sindicalismo. En otras palabras el SUTEP no puede descuidar lo pedagógico, más aún el trabajo, el buen trabajo en el aula. Esa quizá sea la parte fundamental del sindicalista sutepista. TRABAJAR CON EFICIENCIA Y EFICACIA EN TIEMPOS DE PAZ, POR LOS POCOS DÍAS DE LUCHA QUE PUEDAN VENIR. ESA ES LEALTAD A NUESTRO PUEBLO Y A NUESTROS ALUMNOS. SOMOS PARTE DE ELLOS. En efecto el caso particular del SUTEP y de los maestros, el 100% somos de origen obrero, campesino y pequeña burguesía empobrecida. Pero, por condición misma de profesionales, gran parte adoptamos la actitud, y hasta la ideología y política de esa pequeña burguesía, cuya característica fundamental es la ambivalencia. Y, por la situación del bajo salario, somos lanzados a los brazos de la extrema pobreza. La composición social del magisterio y del SUTEP en particular, podríamos dividirlo en 5 partes: 1.- Un sector considerable de conservadores, tanto en su práctica pedagógica y en su pensamiento ideológico y político. “Ni chicha ni limonada”. 2.- Otro pequeño grupo. Militantes en partidos políticos, tanto de derecha y de izquierda, siendo el sector activo y dominante el de izquierda. 3.- Los “innovadores” funcionales del sistema, el apoliticismo y el neutrismo. Trabajan y trabajan, no quieren perder horas, “eso es robar al Estado” dicen serios y enfáticos. Algunos paran buscando su “ascenso” a algún carguito y para ello son muy condescendientes con los políticos de turno y cuando lo logran, hasta te desconocen. No es porque el poder los cambie, sino que, no han tenido la oportunidad de mostrar sus verdaderas entrañas y, el cargo es su gran oportunidad. ¡Ojo! ¡Cuidado! Hágase una introspección seria, UD. puede ser potencialmente uno de ellos. Vea si tiene las características descritas líneas arriba. Peor si está fuera del SUTEP. 4.- Los que optamos por una posición equilibrada y progresista sobre todo, buscando que la práctica sindical y política, vaya en concordancia con el trabajo renovador pedagógico. No descuidamos el buen trabajo en el aula. Firme posición de combate contra el sistema, tanto sindical como pedagógicamente, en función del cambio social estructural. Es erróneo y perjudicial separar lo sindical de lo pedagógico. 5.- Los políticamente sectarios y dogmáticos, dispuestos a todo por el control y hegemonía de su gremio, porque le saben sacar todos los beneficios personales y de grupo posibles. Muy alejados de una práctica pedagógica coherente, prefieren siempre la licencia sindical. Confunden generalmente el sindicato con su partido, distorsionando el frente. Son gremialistas y sindicaleros. Muy diferente a ser sindicalista. En el colmo de los colmos, en más de 30 años de vida sindical que tiene el SUTEP, ha impulsado un solo congreso pedagógico, que ha caído en el olvido porque no tuvo implicancias aplicativas prácticas. Se dice que se hizo un II congreso pedagógico. En todo caso no tuvo mucha trascendencia. Esto se complejiza aún más porque, en esa cantidad de años las luchas no han podido mejorar casi nada nuestro salario, y lo poco que se ha podido conseguir, el elevado costo de vida los ha pulverizado. Sin embargo, sin el SUTEP estaríamos peor. Desde 1972, año de creación del SUTEP hasta la actualidad, según analistas serios como IPP (Sigfredo Chiroque Chunga), nuestro poder adquisitivo ha disminuido más del 50%, lo que quiere decir que, si los maestros, antes podían hacerle aguantar a su magro salario, por lo menos una semana, en la actualidad ni un solo día, porque lo tienen anexado a sus préstamos. Salvando honrosas excepciones, los maestros hace tiempo que no recibimos un salario completo. Precisamente, los problemas descritos, han arrastrado serios inconvenientes y confusión institucional al interior del SUTEP. Las grandes masas de maestros optan por relegarse de los eventos, de las decisiones, de las propuestas y de su oportunidad incluso de participación como candidatos a dirigentes; quedando sólo un pequeño sector que participa ante la indiferencia de los más. “El SUTEP no me sirve para nada” dicen y repiten equivocadamente. Confundiendo la institución con la práctica de sus militantes. Ahora bien, todo organismo, sea el tipo que sea, tiene tres componentes básicos de funcionamiento que interactúan y se condicionan, si uno de ellos falla, la organización afronta los problemas que de ello derivan. Estos tres componentes básicos son: Conciencia, Organización y dirección. En el caso particular del SUTEP están funcionando de la siguiente manera: 1.- Conciencia.- Los maestros siempre han demostrado un gran espíritu de lucha combativa, son creativos y valientes, sobre todo las mujeres. Su elevada conciencia y convicción les impulsa incluso a arriesgar su propia vida. 2.- Organización.- El SUTEP ha demostrado ser un poderoso organismo de nuevo tipo, una institución de ejemplo gremial, ningún gobierno de turno le ha podido liquidar ni dividir. Ha sobrevivido hasta en los peores momentos. 3.- Dirección.- Una sola tendencia ha hegemonizado su dirección desde el nacimiento del SUTEP, no están de acuerdo con elecciones universales a todo nivel; que es el espíritu democrático más genuino o por lo menos más participativo. Entonces, si los maestros desean que su gremio sindical se transforme en factor esencial democrático y contribuya con la pedagogía transformadora, tienen que aprender a distinguir cual de los tres componentes básicos esta fallando y entablar decididamente la lucha para corregirlo. Tampoco olvidar que el SUTEP es la institución, que es muy diferente a decir dirigentes. En el sistema que vivimos es una necesidad contar con un gremio sindical. Es fundamental por ello utilizarlo correctamente. Por gusto José Carlos Mariátegui no habría dicho que: “De todas las victorias humanas les toca a los maestros, en gran parte el mérito. De todas las derrotas humanas les toca en cambio en gran parte, la responsabilidad”

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